Cielos rosados, nubes de color
margaritas de azúcar
esferas de color
brilla de noche una estrella
cantando en mi honor
me emociona saber que pierdo razón
al compás desentonado de un corazón.
Jardines de hiedra cargados de dolor
no hay rosas ni claves en el salón
temblando de frío se encuentra el sol
no sabe que ha ocurrido con esta pasión.
Me muevo hacia el fondo de este viejo andador
buscando en silencio la salida hasta tu voz.
Descubro la nada sumergida en el agua
y me convierto en piraña de agua salada.
Necesito una excusa para toda esta farsa
¿qué prentende encontrar esta niña mimada?
A su negro ha perdido, ya no tiene sentido,
caminar ya no quiere, prefiere el olvido.
olvídame que yo ya te olvidé
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