Que campanilla te guarde

¡Cuanta ironía!,
tan sólo unos centímetros entre tu boca y la mía.
Tus palabras jamás han sido frías,
que gran suerte la mía,
encontrarte en medio de esta gran avenida.

Curioso el momento que viví,
fue instantáneo el sonreír
al ver que tu corazón palpitaba junto a mí.

No te vayas lejos,
quédate aquí cerquita,
junto a los pies de mi cama vela mi sueño
y dime que me quieres por ser tan bonita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario